





El alcornoque tiene un área de distribución mundial relativamente pequeña (unos 25,000 km2), en la cuenca circunmeditarránea, más de la mitad de la cual se reparte entre España y Portugal.
Este área mediterránea es una de las más críticas desde el punto de vista del cambio climático, esperándose durante las próximas décadas un incremento de las temperaturas medias ambientales y una mayor irregularidad en la distribución de la precipitación. Estas condiciones, constituyen una seria amenaza para la conservación de los alcornocales, la producción sostenible de corcho y la cadena de valor ligada a este producto.
Entre las principales amenazas que previsiblemente afectarán al alcornocal destacan su menor vitalidad y productividad debido a un mayor estrés hídrico, el aumento de plagas, especialmente la denominada culebrilla del corcho, Coraebus undatus, y la mayor frecuencia de posibles incendios forestales. Además, estos impactos previsibles se suman a un marco normativo en muchos aspectos inadecuado a este nuevo contexto.